La
carrera como actriz de Kruger realmente no fue exitosa, y no tenía mucha
relevancia para la prensa hablar de ella. En algunas ocasiones aparecieron fotos
de Kruger con funcionarios de gobierno,
pero realmente, al gobierno mexicano no le resultaba conveniente que la amante
de gran cantidad de políticos saliera en los diarios.
En 1941
apareció en la sección de sociales de Novedades
una fotografía que mostró a la actriz con Ramón Beteta, subsecretario de
Hacienda durante el gobierno de Manuel Ávila Camacho, conversando en un pasillo
del Palacio de Bellas Artes a donde habían asistido a un concierto de la
sinfónica.
Debido a las estrechas e íntimas relaciones que sostuvo en las altas esferas del poder político, se veía a Kruger como invitada especial en distintas ceremonias y celebraciones que serian una parte clave para lograr su misión como espía. “La gran penetración en los círculos de la elite política mexicana permitió a los espías del Tercer Reich iniciar actividades para cumplir con prioridades del ejercito alemán: el trafico de materias primas[…] ”.[1]
Kruger no sólo se interesó por estar en la esfera política, sino que se dio a la tarea de establecer relaciones con una gran cantidad de personajes importantes de esa época como lo es Mario Moreno Cantinflas. En 1945 acompañó al torero Manuel Rodríguez Manolete y a Cantinflas a un evento de la alta sociedad. Dicho evento apareció en la prensa nacional.
El periódico El Nacional de 1946 publicó el cartel de su película El que murió de amor. En El Universal de 1952 se publicó una lista de espías nazis y su nombre está en ella. En El Nacional de 1956 se informa que Kruger se presentará como imagen y voz de México en el XHTV en el canal 4 presentando su película El que murió de amor.
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